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Escritorio-atasco

Día de atasco mental. Ejemplo práctico

Hoy me he levantado que no sé por dónde me sopla el viento.

Son las 10 de la mañana y lo único que he hecho desde que me levanté hasta ahora ha sido desayunar, sentarme en el escritorio desde el que trabajo y saltar de un mail a otro como un pollo sin cabeza y sensación de ahogo, empezando un poco de todo y sin llegar a abarcar nada.

Contradictoriamente, voy a retrasarlo todo media hora para empezar a escribir este post y así analizar un poco de dónde viene esto. Puede parecer una tarea más, pero sé que me va ayudar a identificar mi estado general de hoy y actuar en consecuencia.

He dormido regular y creo que estoy en principios de gripe o algo así. Anoche tosí bastante.

Tengo un montón de reuniones, y muchísimas cosas que hacer. Todas ellas parecen muy importantes en mi cabeza.

El comienzo de la primavera y del otoño siempre me descoloca un poco en el sentido anímico. Estamos a 20 de marzo.

Ayer me rebané media uña junto con la piel de debajo cortando piña y me escuece con cualquier cosa que hago.

Mi cerebro no me lo quiere contar, pero seguro que he soñado algo chungo porque tengo mini flashes angustiosos que inmediatamente olvido.

Se me están muriendo mis plantas preferidas. Me he dado cuenta precisamente esta mañana, y eso me produce más sentimiento de urgencia y fracaso.

Me duele la lumbar ya por un tiempo y no me vienen más que preocupaciones a la cabeza.

Empiezo con reuniones en 5 minutos y no saldré hasta la hora de comer, así que en lugar de divagar más, voy a intentar sacar claves para operar en función de lo que acabo de esbozar arriba y basarme en ellas.

De mí para mí

1- Todo son dramas del primero mundo. Por suerte no son problemas reales, pero eso no significa que no te estén afectando ahora mismo y que haya que ignorarlos. Nada es una tontería si te hace sentir mal o contribuye a ello.

2- Lo de tener mucho que hacer… entiendo tu sentido de la responsabilidad, pero no olvides que primero va lo que eres y luego lo que haces. Caer en el piloto automático de apretarte a pesar de que no te encuentras bien no aporta nada a nadie y mucho menos a ti.

3- Tienes el dedo índice en carne viva porque te falta media uña. Normal que vayas un poco más despacio hoy en las cosas que requieren manipulación permítetelo.

4- De todas esas tareas que parecen tan urgentes ya te puedo decir la que tienes que priorizar – Tú – tú eres lo más importante. No puedes dar a nadie lo que no te das a ti misma, ni el el trabajo ni en tu vida personal. Así que párate a respirar un momento, a sentir que todo está bien y que no es necesario tenerlo absolutamente todo bajo control.

5- Ahora tienes una reunión. A ello con la misma confianza en ti misma de un niño con una camiseta de Super Man.

6- Cuando termines de reuniones, comes tranquilamente y luego eliges la segunda tarea más importante, te pones con ella a tu ritmo, disfrutándola, y así sucesivamente hasta donde llegues.

Final del día laboral

Lejos de tenerlo todo bajo control y más lejos aún de haber sido super productiva…

  • Estoy orgullosa de las cosas que he hecho y no me reprocho las que no he hecho.
  • Teniendo en cuenta mis recursos de hoy, he dado lo mejor de mi. He sido la mejor versión de la persona que soy en este momento.
  • Me he permitido disfrutar de lo que hago sin pensar en lo que tengo que hacer después, presente en el momento.
  • No he entrenado porque el dedo me rabia de escozor, pero he aprovechado que hace buen tiempo para pegarme una caminata de dos horas por el bosque (de esas que solo suman) mientras atendía una reunión mensual al final del día en la que solo tenía que escuchar.
  • Gracias a haberme parado a pensar esta mañana he conseguido liberarme un poco de la ansiedad a la que apuntaba y así evitar el consecuente atracón que ya iba asomando. Ole yo.
  • Gracias a estar escribiendo este post ahora mismo y agradecerme todas estas cosas tan bonitas, me estoy dando cuenta de que el cuerpo me pide invertir un poco de tiempo en preparar mi mundo para hacer mi día más fácil mañana, en lugar de hacer mil cosas sin sentido hasta caer rendida para aún así no poder dormir, que a lo que me habría llevado la ansiedad.

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